lunes, 21 de junio de 2010

Balance de cierre


"No hay estructura política que consolide la democracia". Ricardo M. Varela, titular de la UCR local, satisfecho del periodo de mandato tras el cual lo reemplazará Aloma Sartor, lamentó la inmadurez institucional que domina el presente.
"Nos hicimos cargo con el propósito de activar a toda costa el radicalismo bahiense. Propusimos inmediatamente la formación de comisiones para atraer militantes y darles un objetivo. Hay varias en dinámico funcionamiento y que día a día han engrosado sus filas. Lo mismo planteamos para la región y se logró reunir a la mayoría de los distritos de la Sexta en encuentros periódicos que ayudaron principalmente a reordenar comités, como el puntaltense o el de Patagones".
"Nos iremos sin reclamar nada", afirmó el cofundador de Renovación y Cambio y de la Junta Coordinadora (en amistad con los Stubrin, el "Changui" Cáceres, Fredy Storani).

"Hay urgencia por reavivar la política en los partidos: llenarlos de militancia para el debate, los proyectos, la formación de dirigentes y funcionarios. Mucho dependerá de nuestro Comité provincial y de cuánto llegue a escuchar y hacer por los regionalismos bonaerenses", afirmó Varela.
"Identificamos siete agrupaciones locales y propusimos reunirlas en una Comisión de trabajo común. Lamentablemente, responden más a liderazgos que a criterios políticos y eso se vio en las tres listas que disputaron esta presidencia", reconoció.
Juzgando la vida bahiense, explicó: "Desde el Concejo Deliberante, ya en el 83, habíamos propuesto elaborar un proyecto, revisando aquel Plan de Reordenamiento Urbano de casi una década atrás". "Hoy, todavía, no existe", lamenta. "No tenemos un perfil reconocido, programado y permanente. Nos estamos manejando en un desorden que se paga con cuantiosos recursos: remodelación de las terminales, por ejemplo. Es increíble que los gastos municipales estén tocando los 700 millones de pesos, cuando los bahienses debemos estar en las 50 mil familias en posibilidades de pagar impuestos", espetó con su típico vozarrón.
Finalmente, aseguró que las finanzas de la Casa de Donado están en orden y que él optó siempre por pagarse cada uno de los gastos en que incurre en su función. "Eso es algo que no se le puede pedir a quien sigue", admitió.
Varela dejará en agosto y promete seguir bregando por la convocatoria a la militancia y a la unidad e identidad partidaria.

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